¿Sabían que la chocotorta es argentina y la inventó la publicitaria (sí publicitaria, no publicista) Marité Mabragaña en 1982 y nadie le dio un peso por eso? Es más, el mes pasado ganó el premio al mejor postre del mundo por el sitio especializado en gastronomía Taste Atlas. Bueno, este finde hice chocotorta después de no sé cuántos años y viajé a la infancia por un ratito.
Todavía me acuerdo en los 90, cuando mi tía Betty me preparaba chocotorta cuando iba a lo de mis abuelos, no era siempre, pero sin dudas yo siempre esperaba que el postre de galletitas me esperara en el freezer. Me solía escabullir a la siesta, cuando todo el mundo dormía, para comer un poquito más sin que nadie se diera cuenta. ¡Qué momentos de gloria!
Un tiempo ella dejó de preparar y le pregunté el motivo. Me dijo que no encontraba las galletitas y que si yo conseguía, me lo iba a hacer. No sé eso fue cierto, pero lo que si fue cierto fue que yo iba al quiosco a buscar las galletitas, era mi nueva misión. Sabía que no eran cualquiera y el color del paquete quedó fijo en mi memoria. Sinceramente no sé si un tiempo se dejó de producir, o no llegaba a mi barrio, o no sé qué, pero no las encontraba! Literal estuve años sin comer chocotorta.
En fin, pasó el tiempo y después encontré las famosas galletitas y nunca más esperé que nadie me hiciera chocotorta. En Córdoba lo preparaba seguido, en Brasil no pude por obvias razones. Y acá me colgué de nuevo. Aunque si compré en varios momentos y casi me regalo de torta de cumpleaños (re fana).
Por otro lado, tengo que confesar que no puedo dejar de pensar en Marité y como ella, solo obtuvo en 2012, cuando la chocotorta cumplió 30 años, un premio “a la idea publicitaria que perdura en el tiempo” por parte de la Asociación Argentina de Publicidad. Porque como era directora creativa de Bagley y Mendicrim, la idea que tuvo para promocionar los dos productos fue registrada por las empresas, que por supuesto siguen vendiendo gracias a ella. A su vez, esto me hizo acordar a la cantidad de autoras que en la historia tuvieron que firmar sus obras con iniciales, pseudónimos masculinos o peor, con el nombre de sus maridos.
Creo que es importante no olvidar a Marité y su postre casero conquistador de infancias, hablar de esas mujeres que hicieron historia desde su lugar en el mundo y comer chocotorta en su honor, pero sin oporto.