Algunos prefieren no hablar de la muerte por cábala o por miedo, otros la racionalizan al máximo y hasta la planifican con lujo de detalles. Lo cierto es que nadie sabe cómo ni cuándo le sucederá, pero podemos asegurarles que no será para nada barato, o sino fijense los datos que hay en este tremendo informe de Antonella Quintana y hagan cuentas ¡Salud, ja!