El estudio, recientemente publicado, expone que este peligro está asociado a adultos menores de 45 años.
A causa del estrés y el aburrimiento provocados durante los encierros o confinamientos por la COVID-19 en el mundo, muchos ciudadanos se inclinaron por fumar marihuana (o más cantidad) y un nuevo estudio publicado en la revista Canadian Medical Association Journal, muestra que los consumidores jóvenes de cannabis tienen el doble de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco.
Así, el infarto de miocardio, comúnmente conocido como ataque cardíaco, era más prevalente en adultos estadounidenses menores de 45 años que fumaban, vaporizaban o consumían cannabis introducido en alimentos (como un brownie), en comparación con los no consumidores. El cannabis hace referencia a la sustancia psicoactiva de la planta Cannabis sativa, cuyo químico psicoactivo es el tetrahidrocannabinol o THC, según la Organización Mundial de la Salud.
“Más allá del hallazgo principal de que los ataques cardíacos eran más comunes entre los consumidores de cannabis, lo que sí encontramos es que cuanto más consumen las personas, mayor es el riesgo”, aclaró Karim Ladha, científico clínico del St. Michael’s Hospital en Toronto y coautor del trabajo.
Los investigadores canadienses analizaron el historial de ataques cardíacos recopilados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. con más de 33.000 adultos de entre 18 y 44 años (entre 2017 y 2018). Casi uno de cada cinco de estos adultos jóvenes informó haber consumido cannabis, y este grupo tenía el doble de probabilidades de haber sufrido un ataque cardíaco. En general, el 1,3% de los consumidores de cannabis habían padecido un ataque al corazón, en comparación con el 0,8% de los no consumidores.
Los ataques cardíacos fueron más comunes en aquellas personas que consumían cannabis al menos una vez a la semana, y el riesgo fue el mismo independientemente de si se consumía a través del cigarrillo, cigarrillos electrónicos o comestibles. “Esto sugiere que ningún método de consumo es más seguro que otro en este sentido”, aclaran los autores.
Los expertos descubrieron que los fumadores eran más propensos a tener un ventrículo izquierdo agrandado, la principal cámara de bombeo del corazón. A medida que sus paredes se vuelven más gruesas, se puede transportar menos sangre por el cuerpo, lo que, según los investigadores, puede aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares. El estudio encontró que los fumadores habituales de cannabis también tenían una función cardíaca deteriorada, con pruebas que mostraban que sus fibras musculares se deformaban cada vez que sus corazones se contraían.
“Con la reciente legalización y despenalización, el consumo de cannabis está aumentando entre los adultos jóvenes en América del Norte y no conocemos completamente sus efectos sobre la salud cardiovascular”, comenta Ladha. “Encontramos una asociación entre el consumo reciente de cannabis y el infarto de miocardio, que persistió en una serie de análisis de sensibilidad sólidos”.
Algunas personas asumen que consumir cannabis es seguro y no puede dañar su cuerpo, pero eso es incorrecto, afirma Ladha, quien advierte que “existe una creciente evidencia de que consumirlo podría ser potencialmente dañino para el usuario, tanto a corto como a largo plazo”.
Los consumidores de cannabis eran más propensos a ser hombres, solteros, fumadores de cigarrillos y cigarrillos electrónicos y bebedores asiduos de alcohol, mostraron los datos.
Referencia: Karim Ladha, MD, MSc, anesthesiologist and assistant professor, Institute of Health Policy, Management and Evaluation, University of Toronto, Canada; Mitch Earleywine, PhD, professor, psychology at the State University of New York at Albany; Scott Krakower, DO, attending psychiatrist, Zucker Hillside Hospital, Glen Oaks, N.Y.; Canadian Medical Association Journal, Sept. 7, 2021