El Especialista en Fitomedicina, Jorge Alonso y presidente de Misiopharma S.E, habló con MISIONES OPINA sobre el proceso de desarrollo de medicamentos naturales y en base a Cannabis que se lleva adelante en Misiones. Si bien dejó en claro que pueden surgir contratiempos en el proceso de reproducción de las plantas, y en la implementación de cultivos outdoors, se mostró muy optimista para poder garantizar fitomedicamentos de vanguardia para la población que lo necesite, “estimamos que hay cerca de 8.000 pacientes que puedan acceder a estos aceites”.
La Sociedad del Estado Misio-Pharma fue creada en 2.019 para “llevar a cabo”: “el cultivo de cannabis y sus derivados con fines medicinales y/o terapéuticos, en todas sus variedades, así como su producción, industrialización y comercialización, la instalación y explotación de establecimientos (…)”. También se facultó a esta empresa, mediante su inscripción, para adquirir, elaborar, fabricar, transportar, almacenar, distribuir, comercializar, importar y exportar “aceite y otros derivados del cannabis con fines medicinales y/o terapéuticos”.
Aclara Alonso que “es necesario entender que el aprovechamiento medicinal de los usos ya probados de la planta nada tiene que ver con quienes deciden consumir cannabis en uso recreativo”, separando esta forma de aprovechamiento de la marihuana de los derivados que se puedan obtener mediante la gestión que hará esta empresa. Contó, en su rol como presidente de la empresa pública, el proceso que ya se está llevando adelante en la provincia de Misiones. Según sus palabras, en este momento el desarrollo se encuentra en una etapa de post germinación, en donde existen ya plantines de marihuana de 10 distintas variedades, todos con 7 semanas de crecimiento.
Una vez que éstos crezcan un poco más, desde la Biofábrica de la provincia (donde están creciendo en este momento) buscarán clonar las plantas madres que seleccionen, y así poder reproducir estos plantines en los ocho invernaderos que tiene la empresa dispuestos en tierra colorada. En todo este proceso continuarán los monitoreos, igual que cuando se propongan empezar a testear la plantación en “outdoors”, dejando atrás los invernaderos.
Este último proceso es muy importante porque llevará a los investigadores, de la Biofábrica y de la empresa, a analizar cómo se desenvuelven estas plantas en un contexto más natural, con las altas temperaturas que se observan en la provincia, interactuando con la fauna fúngica, insectos y también bacterias, y qué procesos demandará el escalamiento de los cultivos para poder llegar a producir en términos óptimos. “Esperamos poder producir anualmente 1 millón de plantines en el primer año, muchos de los cuáles van a ser para confeccionar fitomedicamentos, pero seguro que algunos van a poder ser repartidos o administrados según el (Registro del Programa de Cannabis) REPROCANN”.
Cuando esas plantas culminen el proceso de floración, “avanzaremos hacia los procesos de extracción”. Según comentó el Especialista a Misiones Opina, “el método predominante hoy tiene que ver con la extracción mediante Etanol, pero también hemos experimentado mediante CO2 supercrítico”, un método que no es el preponderante pero que tampoco se anima a descartar Alonso.
A partir de esa extracción que se hace a partir de las flores se obtienen los cannabinoides, Cannabidiol (CBD) y Tetrahidrocannabinol (THC). Este último, es el que contiene el componente psicoactivo que predomina en plantas asociadas a los consumos recreativos. Las plantas que proveerán de cannabinoides a Misio-Pharma tienen mayor composición de CBD, utilizado en distintas composiciones para atender a la mayoría de estas patologías que buscan combatir los medicamentos derivados del cannabis.
Aclaró Alonso que “dependiendo de la enfermedad, se necesitan plantas que contengan más o menos CBD, y lo mismo THC. En el caso de la Esclerosis Múltiple, la flor debe provenir de una planta que garantice la presencia en valores similares de los dos cannabinoides, pero en Epilepsia, dolores, ansiedad o Fibromialgia solo buscamos el CBD”.
A partir de la culminación de la extracción, y los controles adicionales, el Laboratorio de Especialidades Medicinales (LEMis) formará parte de la articulación para la elaboración de aceites. El fraccionado y el envasado se realizarán ahí, obteniéndose los frascos que serán analizados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). “Para enero esperamos tener aceite medicinal envasado para que lo analice el ANMAT”, adelantó como primicia el médico.
Si logran pasar por la aprobación del organismo nacional, cuenta Alonso, “vamos a distribuir de manera gratuita en la provincia estos medicamentos en los centros de salud, a partir de la certificación del personal médico en las líneas de Atención Primaria de la Salud”, solamente con receta. También se podrá adquirir alguno de estos aceites en obras sociales, o prepagas, a partir de las colaboraciones que se formalicen una vez aprobados los productos.
“También se realizarán ensayos clínicos” para comprobar la efectividad, por ejemplo, de aceites con 5% de CBD para tratamientos contra el dolor, algo que la evidencia científica en otras partes del mundo ya comprobó.
La importancia de contar con una empresa de esta naturaleza, según cuenta Alonso, radica en la posibilidad de ofrecer un producto certificado a personas que vienen atravesando mucho dolor y sufrimiento y que, encima, venían siendo perseguidos y criminalizados por acceder de manera irregular a la planta. “Sabemos que en Misiones se testeó a los aceites que ya se comercializaban de manera irregular, pero nosotros miramos antes la evidencia científica de la UNR o del Colegio de Farmacéuticos de la PBA”. En esos estudios, se ha identificado que no más del 10% de los productos que se venden como aceite de cannabis tenían realmente derivados de la planta, la mayoría contenía THC, y algunos hasta estaban adulterados con Clonazepam.
“Es muy peligroso que la gente acceda a productos no probados o controlados, imagínate a un niño con esclerosis al que le den aceite con THC, o alguien que consume inconscientemente aceite con Clonazepam y termina generando una adicción”, señala con preocupación Alonso
La industria del cáñamo
Además de los usos que tiene la planta por sus cannabinoides, Alonso destacó que la empresa también tendrá injerencia para alentar un “aprovechamiento integral de la planta”, utilizando la fibra del cáñamo como insumo de la industria textil, la generación de alimentos a partir de los aceites de las semillas del cannabis, e incluso hasta producir autopartes con el cáñamo como insumo.
También la fitocosmética podrá desarrollar productos que no sean específicamente medicamentos y no recetados, tratando de maximizar los usos que se pueden hacer a partir de estas plantaciones, y desarrollando de manera integral diversas cadenas de valor misioneras, prometiendo explotar potencialidades que hasta pueden generar mejoras en la balanza comercial misionera. “Estar en una zona de frontera nos posiciona muy bien para poder competir en el mercado de los fitomedicamentos, pero nuestra prioridad es poder garantizarle salud a los misioneros y misioneras”.
Mucho se ha hablado, y varias experiencias lo validan, respecto de las zonas del mundo que han generado cientos de empleos y ganancias para quienes deciden invertir en alguna de las industrias derivadas. Estamos, entonces, a la espera de ver cómo se adapta el empresariado misionero a la nueva reglamentación nacional a favor, también, de las explotaciones industriales del cáñamo.