Primero fueron algunos artículos pequeños los que se comenzaron a fabricar con impresoras 3D, ahora son comunidades enteras. Las empresas ICON, Lennar y el Bjarke Ingles Group comenzarán a construir el mayor barrio de casas impresas en 3D del mundo en la ciudad de Austin, Texas.
Un nuevo desarrollo inmobiliario en Austin, Texas, se convertirá en el mayor barrio de casas impresas en 3D del mundo.
El proyecto, cuya inauguración está prevista para el año que viene, contará con 100 casas de una sola planta «impresas» in situ mediante una construcción robótica avanzada y un material de construcción a base de concreto.
Las imágenes digitales del barrio, presentadas la semana pasada, muestran hileras de viviendas con los tejados cubiertos de celdas solares. Según las empresas promotoras del proyecto, cada casa tardará aproximadamente una semana en construirse.
El proyecto es una colaboración entre la empresa de construcción de viviendas Lennar e ICON, una empresa de construcción con sede en Texas especializada en estructuras impresas en 3D. Las casas fueron diseñadas en colaboración con el estudio de arquitectura danés Bjarke Ingels Group.
Aunque ICON no quiso revelar el costo del proyecto, la empresa dijo que su tecnología es mucho más rápida y barata que los métodos de construcción convencionales. En el proceso de construcción intervendrán cinco de las impresoras robotizadas «Vulcan» de 14 metros de ancho de la empresa, que emiten una mezcla de concreto llamada “Lavacrete” de acuerdo con un diseño de casa preprogramado.
La empresa dijo que puede producir casas de hasta 278 metros cuadrados. Los tejados, las ventanas, las puertas y los acabados serán añadidos después por Lennar.
En un comunicado de prensa, el cofundador y CEO de ICON, Jason Ballard, describió el barrio de Austin como un «momento decisivo en la historia del desarrollo a escala comunitaria».
«La impresión 3D a escala de la construcción no solo ofrece viviendas de mayor calidad de forma más rápida y asequible, sino que las flotas de impresoras pueden cambiar la forma en que se construyen comunidades enteras para mejor», se le cita. «Existe una profunda necesidad de aumentar rápidamente la oferta sin comprometer la calidad, la belleza o la sostenibilidad, y ese es precisamente el punto fuerte de nuestra tecnología».
En un comunicado, Martin Voelkle socio de Bjarke Ingels Group describió los edificios impresos en 3D y sus tejados fotovoltaicos como «pasos significativos hacia la reducción de los residuos en el proceso de construcción, así como para que nuestras viviendas sean más resistentes, sostenibles y autosuficientes energéticamente».
Los defensores de la construcción impresa en 3D creen que puede reducir en gran medida los costos de mano de obra y el tiempo de construcción. La investigación también sugiere que el método puede reducir los residuos y las emisiones de dióxido de carbono.
Los críticos han señalado que la impresión de concreto en 3D sigue dependiendo de un material no renovable, y que la seguridad y estabilidad de las estructuras no están contempladas específicamente en los códigos de construcción existentes.
No es ciencia ficción
Si bien el proyecto recién anunciado de Austin es el más grande de ICON hasta la fecha, la firma ha estado utilizando la impresión 3D para construir viviendas sociales, o subsidiadas, en México y Texas desde 2018. La compañía también reveló recientemente que está trabajando con la NASA para fabricar materiales de construcción a partir de polvo lunar, con miras a construir una base lunar.
No se han revelado los precios de estas viviendas en Austin. Como un estimado, sabemos que a principios de este año, la primera casa impresa, un espacio de una planta y 130 metros cuadrados en Riverhead, Nueva York, se cotizó por US$ 299.000. Otra empresa de impresión 3D, Palari Group, reveló recientemente planes para construir 15 propiedades impresas en 3D cerca de Palm Springs, California, con precios para las casas de tres habitaciones que comienzan en US$ 595.000.
La empresa de Ballard cree que su tecnología también puede utilizarse para combatir la falta de vivienda y puede desplegarse como ayudas en caso de desastre.
«La impresión 3D no es ciencia ficción», dijo Ballard. «Hemos cruzado el umbral que separa la ciencia ficción de la realidad. En el futuro, nuestra apuesta es que ésta será la mejor esperanza de la humanidad para una solución de vivienda que se ajuste a nuestros valores e ideales más altos».