Para los brasileños, el poder adquisitivo es un 40% más que cuatro años atrás; para los chilenos, un 106% en promedio
En el Gobierno admiten que autorizarían el ingreso de extranjeros con esquema completo de vacunación contra el Covid-19 para dinamizar el turismo, una de las actividades más golpeadas por la pandemia y las cuarentenas oficiales. Un estudio privado mostró que el país está “barato” en dólares para chilenos y brasileños. Además, el sector sería menos deficitario que en años previos como consecuencia del alto precio del dólar para los bolsillos locales.
Un trabajo de los economistas Marcelo Capello, Marcos Cohen Arazi y Lautaro Carranza del Ieral analizó el poder de compra de los salarios brasileños y chilenos en términos de bienes argentinos y concluyó que existen precios relativos para favorecer el turismo receptivo, en especial desde Chile.
Comparado con 2017, la capacidad de compra creció 6% para los salarios de Brasil al cambio oficial y 75% al dólar blue. Si se usa un tipo de cambio promedio, un brasileño tiene 40% más de poder adquisitivo en la Argentina que en 2017.
El valor mínimo de capacidad adquisitiva del salario brasileño fue en octubre de 2001; comparando con ese nivel, si se toma el tipo de cambio oficial actual su capacidad de compra es 118% mayor y 266% más alta con el blue. En cambio, si se compara con el máximo del período, está 25% abajo en un dólar promedio que en setiembre de 2014.
Para los salarios de Chile, este año es 59% superior al de 2017 con el cambio oficial y 153% más al considerar el dólar blue. En un dólar promedio, el poder de compra chileno creció 106% respecto a cuatro años atrás.
También octubre de 2001 marcó el piso para el poder adquisitivo chileno en la Argentina; respecto de esa fecha hoy es 184% mayor en dólar oficial y 355% más alta en el paralelo. En una divisa promedio, compra 269% más.
Viajar al exterior, imposible
En cambio, la salida de los argentinos al exterior será difícil, ya que el salario local -en términos de “dólar turista”- disminuyó 22% en el último año y está 52% por debajo del nivel pre-pandemia (2019). En la comparación con 2017, la caída es de 65%. Estos números muestran que hay espacio para incentivar y desarrollar el turismo interno.
El informe señaló que, habilitadas las salidas y entradas al país, el sector será menos deficitario de lo que lo fue antes de la pandemia; en 2017, la salida neta de divisas por turismo llegó a alcanzar US$6009 millones aun cuando ese año hubo una importante afluencia de extranjeros. El desalineamiento cambiario desbalanceó las cuentas externas del turismo.
En 2019, último año antes de la irrupción del coronavirus, las exportaciones por turismo representaron el 7,1% de las totales (U$S5241 millones); fue el cuarto complejo exportador detrás del oleaginoso, el cerealero y el automotriz. El empleo del sector explicó 7,1% del global privado registrado (460.000 puestos de trabajo).
En los siete primeros meses de este año, el turismo emisivo por todas las vías (aérea, terrestre y fluvial/marítima) sumó 323.000 personas, 88% menos en la comparación interanual y 95% inferior al mismo lapso pre pandemia. El turismo receptivo es esos meses alcanzó a 79.000 personas, con bajas de 96% y 98% con relación a 2020 y 2019, respectivamente. Por supuesto, con esas cifras se eliminó el déficit de la balanza del sector.
El trabajo analiza también cómo está posicionada la Argentina para aprovechar las oportunidades del turismo post pandemia. Según el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo del Foro Económico Mundial de 2019, el país está en buenas posiciones en “recursos naturales” (16°), “salud e higiene” (14°) y “recursos culturales” (14°). Está en el lugar 50, por debajo de México (19°), Brasil (32°) y Perú (49°), y por encima de Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay.
Las peores calificaciones son en segmentos como “seguridad” (99°), “infraestructura terrestre y portuaria” (103°), “ambiente de negocios” (135°) y “sustentabilidad ambiental” (136°). “Se necesita, entonces, una política de Estado e integral para atraer turismo a la Argentina, en forma sostenible”, concluyeron los autores.