Es el primer símbolo patrio e inspiró a Belgrano para la creación de la bandera, pero no son las que repartieron French y Berutti.
La escarapela argentina es el primer símbolo patrio que oficializó el Triunvirato por decreto el 18 de febrero de 1812, que determinó que sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata de color blanco y azul celeste. Fue a instancias de Manuel Belgrano, quien, en la actual ciudad de Rosario, solicitó el uso de una escarapela nacional con el objetivo de uniformar al ejército revolucionario y, a su vez, distinguirlo de los enemigos.
Una semana más tarde, el 27 de febrero de 1812, Manuel Belgrano le informó al triunvirato: “Siendo preciso enarbolar la bandera, y no teniéndola, la mandé hacer celeste y blanca, conforme a los colores de la escarapela nacional” que había creado él mismo días antes”.
El Consejo Nacional de Educación estableció el 18 de mayo de 1935 como la fecha para homenajearla.
Desde el Museo Histórico Nacional cuentan que el uso de escarapela se hizo costumbre como distintivo entre los ejércitos de España durante el 1700, y que las formas de las escarapelas variaban en lazos o moños, hasta que se estableció forma actual llamada la roseta o cucarda.
Las escarapelas eran también una forma de distinguir bandos políticos. Por eso, en las jornadas revolucionarias de mayo de 1810, Domingo French y Antonio Luis Beruti repartieron escarapelas. Aunque no blancas y celestes como solemos imaginar sino blancas, para distinguir a los revolucionarios de los españolistas.