Tras servir como militar durante casi tres décadas, hizo un rotundo cambio de vida y fue a una isla solitaria.
Tom Leppard no era una persona fácil de localizar, a pesar de haber estado totalmente cubierto de tatuajes y ser fácilmente reconocible por ello. El “hombre leopardo” sirvió durante casi tres décadas como militar, hasta que un día se cansó, dejó todo y vivió durante 20 años aislado en una isla de Escocia.
Puede ser que tantos años de apego a las normas y el llevar un estilo de vida estricto haya tenido algo que ver en esta trascendental decisión. Sin embargo, la idea de transformar totalmente su imagen surgió un día común y corriente mientras miraba las vidrieras de una tienda en Londres.
Nacido en la ciudad de Woodbridge, Reino Unido, vio por pura casualidad un cartel publicitario con la imagen de un leopardo, y fue amor a primera vista. Un año y siete mil dólares después, su aspecto se había modificado terminantemente. Pero todavía se avecinaban más cambios.
El hombre leopardo
Luego de 28 años sirviendo como militar, incluido un periodo en la Royal Navy y las Fuerzas Especiales de Rodesia, decidió dejar todo y mudarse de Londres a una pequeña cabaña abandonada en la isla de Skye, Escocia. Vivió durante 20 años como ermitaño en esta remota isla. El eremita no tenía teléfono, se bañaba y tomaba agua de un río cercano, y viajaba en kayak a buscar alimentos una vez por semana.
“No me interesa el contacto con la sociedad. Ni siquiera tengo un teléfono móvil. La verdad es que no me preocupa lo que ocurre a mi alrededor, solo quiero vivir mi vida en tranquilidad”, había afirmado Tom Leppard en una entrevista a The Guardian, en 2008.
Su nombre original era Tom Wooldridge. Y a pesar de haber vivido sus últimos años en Escocia, había nacido en Inglaterra el 14 de octubre de 1935. Luego de tanto tiempo como militar, eligió un rotundo cambio en su vida y con esto llamó la atención del mundo entero.
Sirvió 28 años como militar, luego decidió cambiar rotundamente su vida.
Tenía tatuado el 99.9% del cuerpo
El hombre leopardo tenía cubierto de tatuajes el 99.9% de su cuerpo. Las únicas partes que no tenía tatuadas eran el interior de sus orejas y la piel entre los dedos de los pies. Curiosamente no era fanático de los felinos: eligió parecerse a un leopardo porque era lo más sencillo para el artista. El solamente deseaba destacarse en algo y ganar dinero con eso.
Su apariencia lo ayudó a financiar su aislada existencia. Era una forma fácil de obtener efectivo. “Obtendría un ingreso por ser el hombre más tatuado del mundo, y sería fotografiado para el Libro Guinness de los Récords, o presentado en la televisión”, afirmó Leppard al medio británico.
Y añadió: “Tenía una dentadura postiza de repuesto, con forma de colmillos, que había puesto en las fotos de publicidad. Pero era un mal necesario para complementar mi apoyo a los ingresos, o últimamente mi pensión. No es algo que disfruté”.
Como el pelaje de un felino
Tom Leppard tenía un diseño de color amarillo azafrán que cubría su cuerpo y varias manchas oscuras que simulaban ser el pelaje de un felino. Su arte corporal llamó la atención del mundo y saltó a la fama luego de aparecer en el Libro Guinness de los Récords en 2002, como el hombre más tatuado del mundo.
En ese momento lo apodaron el “hombre leopardo de Skye”. Al tiempo, su récord fue reemplazado por el de Lucky Diamond Rich, el actual poseedor del título. Aunque luego le dieron otra distinción: el anciano masculino más tatuado del mundo. En aquella ocasión contó que gastó aproximadamente 7 mil dólares en sus transformaciones.
Vivió durante 20 años como ermitaño en la isla de Skye, Escocia.
“En el Reino Unido a la gente se le ha lavado el cerebro pensando que una persona tatuada es sólo un criminal y eso es todo. Mis tatuajes no me han cambiado pero han cambiado la vista que la gente tiene de mí”, dijo Tom.
En 2002 obtuvo el récord Guinness al hombre más tatuado del mundo.
Vivió solo en una isla
El hombre leopardo vivió durante 20 años solo en una cabaña en la isla de Skye. Su hogar era primitivo y cumplía con lo básico. Tenía piso de tierra, chapa metálica en el techo y las paredes de piedra seca no tenían ventanas. Dormía sobre una cama de poliestireno y cocinaba en una estufa. Debía viajar una vez por semana en kayak hasta la aldea más cercana para obtener víveres. Pero eso se tornó peligroso.
En 2008 decidió mudarse al pueblo de Broadford, para tener mayores comodidades debido a su avanzada edad. Y luego, se trasladó a un asilo de ancianos en la ciudad de Inverness, donde falleció el 12 de junio de 2016, a los 80 años. Después de su muerte el título del anciano masculino más tatuado del mundo fue para Charles Helmke, un estadounidense de 79 años.