La esperada segunda parte de Space Jam es mucho mejor que su predecesora, gracias a unos Looney Tunes mucho más irreverentes y divertidos, y a una avalancha de referentes cinematográficos que dejarán con la boca abierta a muchos adultos con corazón de niño
Hace 25 años atrás, se estrenó en las salas de cine Space Jam, una película que bien puede considerarse como el epítome del “cine comercial”, ya que estaba inspirada en una serie de anuncios de zapatos deportivos, protagonizada por el astro del baloncesto Michael Jordan y el famoso conejo de la Warner conocido como Bugs Bunny.
La película, que no fue tan graciosa y entretenida como muchos creen, terminó convirtiéndose en la cinta sobre baloncesto más taquillera en la historia del cine, y en el largometraje más taquillero de los ocho que han sido protagonizados por los Looney Tunes (La sucesora de Space Jam fue un esperpento protagonizado por Brendan Fraser y Steve Martin llamado Back In Action, que fue un completo y merecido desastre).
Pese a que se pensó en una secuela llamada Spy Jam, protagonizada por Jackie Chan y enfocada en el mundo del espionaje, lo cierto es que se decidió por continuar con el baloncesto y quizás esa fue la clave del éxito para la primera cinta. LeBron James, quien junto con Michael Jordan es considerado como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, se confesó como un gran admirador de la Space Jamy, acto seguido, terminó protagonizando Space Jam: Una Nueva Era, la secuela directa (y a la vez indirecta) de Space Jam.
Aunque James y Jordan han demostrado ser pésimos actores (“las películas protagonizadas por jugadores de baloncesto siempre terminan mal”, dice James en esta cinta), lo cierto es que los dos jamás han llegado a actuar tan mal como su colega Shaquille O’Neal (si no lo creen, échenle un vistazo a Steel o a Kazaam), pero tampoco han alcanzado la gracia lograda por el gran Kareem Abdul-Jabbar (¿Y dónde está el piloto?, El juego de la muerte).
Pero que LeBron James no sepa actuar aquí, la verdad no importa, ya que la película dirigida por Malcolm D. Lee (Undercover Brother, Girls Trip) es muchísimo más entretenida que su predecesora. Primero que todo, los Looney Tunes son mucho más irreverentes y frenéticos (más cercanos a los cortometrajes animados originales que a las películas de finales de los 90). Los fanáticos se deleitarán al reencontrarse con Bugs y Lola Bunny, el Pato Lucas, el cerdito Porky, Sam Bigotes, el gallo Claudio, Elmer Gruñón, Piolín y Silvestre, la abuelita, Speedy González, Marvin el marciano, el demonio de Tasmania, el coyote y el correcaminos y Gossamer, el monstruo de color naranja (curiosamente, Quique Gavilán no aparece aquí, al igual que Pepe LePew, quien actualmente es considerado como el Kevin Spacey de las caricaturas).
En segundo lugar, la secuela de Space Jam no intenta ocultar sus innobles orígenes comerciales. De hecho, la película comienza con un LeBron James convocado por los ejecutivos de los estudios Warner para hacer una película con ellos, la cual ha sido propuesta por un algoritmo virtual (interpretado por Don Cheadle). Asimismo, los referentes a las zapatillas Nike y a los múltiples productos cinematográficos y televisivos de los estudios (Desde Casablanca, pasando por La naranja mecánica, Matrix, Austin Powers, Harry Potter, El señor de los anillos, La liga de la justicia, Los Picapiedra, Juego de tronos, el Gigante de Hierro y King Kong se hacen presentes). No es gratuito que el estreno de Space Jam: Una nueva era coincida con el lanzamiento a nivel mundial de la plataforma de streaming HBO Max.
Y esto nos lleva al tercer aspecto de la secuela de Space Jam, que la convierte en la gran ganadora. Los guiños y referentes, tan abundantes como los de Ready Player One, apelan especialmente a un público adulto (¿La naranja mecánica?) y eso hace que mientras el público infantil se divierta con los golpes y las maniobras deportivas surrealistas, los padres de familia se queden con la boca abierta de ver tanto personaje reconocido en una sola película (y ni hablar de dos hilarantes sorpresas que involucran la aparición de Jordan y de un rapero conocido como The Notorious P.I.G.).
Aunque la cinta nos ofrece un lindo mensaje sobre dejar que los niños sean niños y permitir que sigan su propio camino, ya sea el mismo o uno diferente al trazado por los padres, lo cierto es que Space Jam: Una nueva era funciona realmente bien cuando adopta la actitud anárquica y desquiciada característica de esas caricaturas de la Warner que surgieron en la década de los 30 y que actualmente se niegan a morir (con el perdón del zorrillo acosador). ¡Y eso es todo amigos!