Una mujer canadiense de 30 años salvó su vida de una insólita manera. Estaba caminando por la calle cuando, de pronto, sintió “calor y dolor en el pecho izquierdo”. En ese momento se dio cuenta de que había sangue en su cuerpo y se dirigió a un centro de urgencias local.
Los médicos se quedaron anonadados con lo que encontraron. La mujer tenía una herida de bala sobre su pezón izquierdo: su prótesis mamaria actuó como chaleco antibala y le salvó la vida.