Fue la primera provincia en la que se sufraga desde que circula el virus.
Misiones se convirtió en la primera provincia de Argentina en realizar elecciones en medio de la pandemia y los porcentajes de participación se desplomaron. Al cierre de las mesas, la Policía de Misiones había notificado una asistencia de apenas el 63,5 por ciento.
En la anterior elección provincial de 2019 había participado el 78,58% del padrón. Así, hubo unos 125.000 electores menos que hace dos años.
El cielo plomizo y algunas persistentes lluvias sobre toda la geografía provincial en las primeras horas del domingo hizo que las ciudades se mostraran vacías, como cualquier domingo de otoño.
Recién a media mañana, tímidamente los electores comenzaron a llegar a las escuelas para emitir su voto con un ojo puesto en el clima.
Desde el Gobierno y el Tribunal Electoral insistieron hasta el cansancio que las elecciones no se iban a convertir en un foco de contagio y para eso instalaron postas de desinfección y, cual souvenir, cada votante recibía un barbijo nuevo apenas arribaba a la escuela.
Sobre el piso, unas cintas rojas marcaban la distancia que debían mantener las personas que esperaban su turno para emitir el voto.
Policías y gendarmes se encargaron de ordenar a los electores en una sola fila sobre la vereda o patio de los colegios.
A viva voz, desde adentro determinaban los votantes de qué mesa podían ingresar.
Allí al elector lo esperaba un agente enfundado en un traje de seguridad, con un rociador lleno de alcohol al 70% y un termómetro para descartar cualquier cuadro febril. Cumplido este paso, recién la persona podía avanzar hasta la mesa donde debía votar.
Antes de entregar el documento a las autoridades de mesa, otra lluvia de alcohol se depositaba en las manos del sufrido elector.
Una vez cumplido con el acto cívico y de firmar la planilla, nuevamente se pasaba por un proceso de desinfección.
No fueron pocos los que decidieron tomar sus propias medidas sanitarias. Fueron con su propio alcohol en gel y hasta una birome para no utilizar la del presidente de mesa.
Tradición
En las escuelas más pequeñas el procedimiento fue similar pero fue imposible mantener la distancia entre los votantes debido a la falta de espacio en los pasillos.
Así, las urnas se ubicaban una al lado de otra, como ocurrió en elecciones anteriores.
Para evitar la tentación de bajarse el tapabocas, las personas no podían entrar a los centros de votación con mate o comida.
Fueron varios los que con indisimulable malhumor tuvieron que buscar a algún voluntario que sostuviera la tradicional infusión mientras pasaban por el cuarto oscuro.
El gobernador de Misiones Herrera Ahuad vota en las elecciones del domingo.
Aunque el Gobierno anunció que las personas podrían viajar gratis en los servicios de transporte urbano, algunos candidatos prefirieron disponer de una flota de vehículos particulares y taxis especialmente contratados para trasladar a los votantes.
Una tradición que la pandemia ni las autoridades electorales pudieron desterrar.