La capital misionera no solo es el lugar en el que deciden pasar el verano los habitantes de la tierra colorada, también se ha detectado una afluencia de turistas de otras provincias y de los países vecinos. El contraste con Encarnación, que acaba de suspender la realización del carnaval, es elocuente.
La temporada turística en Misiones es histórica. Hay más visitantes que en 2021, que había sido el mejor año de las últimas décadas. Los argentinos están eligiendo Misiones, pero el dato a subrayar es que los propios habitantes de la tierra colorada eligen masivamente su provincia para vacacionar. Las playas de El Brete y Costa Sur han reemplazado a las de Brasil para muchos misioneros.
Con esos balnearios como las grandes vedettes de la temporada, Posadas se sigue mostrando al país -y la región- como un lugar único para disfrutar en familia o con amigos de sus grandes atractivos naturales y urbanos.
Gracias al estado de sus playas y el acondicionamiento de los diferentes espacios recreativos de la ciudad, que garantizan el acceso a los mismos de manera cuidada, la capital misionera se destaca en la región. Cultura, arte, deporte, gastronomía, música y playa, forman parte de la oferta de Posadas “la entrada al Portal de la Selva”.
Todos los días hay actividades recreativas, deportivas y espectáculos culturales para disfrutar además de la oferta gastronómica, los amplios espacios de estacionamiento y el cuidado del personal de la Municipalidad en aspectos como guardavidas, limpieza, embellecimiento, orden y permanente atención a cualquier necesidad.
Así como los misioneros están redescubriendo Posadas, se produce un hecho llamativo: quienes optaban regularmente por Ituzaingó, Brasil o Encarnación, han elegido a la capital de Misiones como opción veraniega, lo que genera una sinergia económica muy fuerte en el plano laboral, de emprendimientos y en cuanto a la generación de riqueza.
Por otro lado, la ciudad vecina de Encarnación acaba de anunciar que suspende sus carnavales debido a la situación epidemiológica. La variante ómicron, mucho más contagiosa que sus predecesoras, ha elevado los casos en todo el mundo, pero la reacción posadeña ha sido diametralmente opuesta a la de sus vecinos encarnacenos: se ampliaron los centros de vacunación -se está vacunan en plazas públicas-, se sumaron médicos al sistema de salud. Lo cual permite mantener una situación epidemiológica estable para la realización de eventos en las playas y costanera, así como asegurar una intensa actividad nocturna, con un circuito gastronómico que continúa sumando nuevos bares y restaurantes.
El dato de la actividad económica es fundamental y sirve para evaluar los daños que trae aparejado un freno total. Mientras Posadas funciona de manera normal, la suspensión de los carnavales encarnacenos -que insumen un millón de dólares para su puesta a punto- tiene como consecuencia la pérdida de 10 millones de dólares para la ciudad y un par de miles de puestos de trabajo directos e indirectos.