Un nuevo estudio expone cómo un simple escaneo ocular puede indicar la probabilidad de muerte en la próxima década.
Algo tan poco invasivo e indoloro como un escaneo del globo ocular humano podría algún día ayudar a los médicos a identificar a aquellas personas que tienen un mayor riesgo de muerte prematura, según expone un reciente estudio publicado en la revista British Journal of Ophthalmology.
La clave está en la retina
Los científicos afirman que la retina actúa como una “ventana” que permite a los médicos observar más profundamente la salud de un paciente. Y es que, envejecer tiene un impacto organismo, está claro, pero el hecho de que dos personas tengan la misma edad no significa que estén decayendo físicamente al mismo ritmo. La retina es un predictor de riesgo de muerte, a tenor de los resultados de este trabajo.
El estudio longitudinal descubrió que la diferencia entre la edad biológica de la retina (la membrana sensorial en la parte posterior del globo ocular responsable de la visión) y la edad cronológica de una persona está relacionada con su riesgo de muerte. Esta “brecha de edad retinal” podría utilizarse como una herramienta de detección para el diagnóstico temprano y el tratamiento de diversas enfermedades potencialmente mortales.
Un signo temprano de enfermedad puede ser el daño a los vasos sanguíneos en la retina: podría indicar presión arterial alta, enfermedad de las arterias coronarias, daño a los nervios causado por diabetes, glaucoma o degeneración macular relacionada con la edad (e incluso algunos tipos de cáncer).
A mayor brecha de edad retinal, más riesgo de muerte prematura
Por si esto fuera poco, nuestros ojos, concretamente la retina, pueden indicar la “edad biológica” de una persona, una medida influenciada por el estilo de vida y otros factores de salud.
Al utilizar un algoritmo de inteligencia artificial entrenado para predecir la edad de la retina mediante casi 19.000 escaneos de fondo de ojo, descubrieron que las estimaciones del programa eran precisas. Así, para examinar la relación entre la mortalidad y la “brecha de edad retinal” (la diferencia entre la edad cronológica y la biológica) en una muestra de 35.917 participantes (extraídos del Biobanco del Reino Unido) con un seguimiento de 11 años, los científicos encontraron una correlación inequívoca entre tener una brecha de edad retinal más grande y un aumento riesgo de muerte.
Durante los 11 años que duró el estudio, 1.800 (el 5%) de los participantes fallecieron. La mayoría murieron a causa del cáncer, demencia o enfermedades del corazón.
“La retina ofrece una ‘ventana’ única y accesible para evaluar los procesos patológicos subyacentes de las enfermedades vasculares y neurológicas sistémicas que están asociadas con un mayor riesgo de mortalidad”, escribieron los autores del estudio. “Esta hipótesis está respaldada por estudios anteriores, que sugirieron que las imágenes de la retina contienen información sobre factores de riesgo cardiovascular, enfermedades renales crónicas y biomarcadores sistémicos”.