Los brotes de ómicron aumentan y surge la pregunta: ¿podría la inmunidad tras un contagio de covid-19 ser la mejor protección contra el virus, especialmente a medida que sigue mutando? Revisamos la ciencia más reciente.
La mayoría de los gobiernos, con la excepción de algunos como Australia, como se demostró esta semana con el drama generado por el ingreso al país de la estrella del tenis Novak Djokovic, aceptan el estado “recuperado” como una forma de inmunidad al covid-19. Esto significa que si alguien se contagió recientemente y se recuperó, se considera que está adecuadamente inmunizado.
Pero, ¿cuánto protegen los anticuerpos de la infección en comparación con los de las vacunas? ¿Y cómo se factoriza la variante ómicron en la ecuación?
La respuesta a la pregunta no es sencilla. Hasta ahora, las investigaciones sugieren que depende principalmente de con qué variante se infectó una persona y cuándo dio positivo.
Recuperación vs. vacunación: lo que dice la investigación hasta ahora
Antes de la ola de ómicron, la regla científica general era que un brote de infección (de cualquier variante) brindaba una inmunidad comparable a una sola dosis de vacuna, según Julian Schulze zur Wiesch, jefe del departamento de enfermedades infecciosas del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf.
Antes de que ómicron formara parte del panorama, las investigaciones generalmente mostraban que las personas que habían adquirido inmunidad a través de un contagio de covid-19 estaban protegidas en los meses posteriores a la infección, pero que la inmunidad comenzaba a reducirse después de cuatro a seis meses.
Pero aún no está claro si esa “inmunidad natural” preómicron protegía más que la vacunación.
Un estudio publicado a finales de octubre de 2021 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos encontró que los adultos no vacunados que dieron positivo entre tres y seis meses antes, tenían cinco veces más probabilidades de dar positivo que los adultos vacunados que no se habían contagiado previamente.
Este estudio reconoció que la investigación solo se realizó en pacientes con la enfermedad lo suficientemente grave como para requerir hospitalización y que los resultados no pueden generalizarse e incluir pacientes no hospitalizados.
Algunas investigaciones sugieren que para las personas mayores es menos probable que un contagio previa de covid-19 los proteja de la reinfección
El informe de los CDC llegó inmediatamente después de un estudio israelí realizado en agosto con resultados muy diferentes, el cual reveló que las personas que habían recibido la vacuna de BioNTech/Pfizer y que no habían dado positivo previamente tenían 13 veces más probabilidades de infectarse con la variante delta que las personas que habían sido infectadas pero no vacunadas. La investigación, que aún no ha sido revisada por pares, actualmente califica como el estudio más grande que compara la inmunidad obtenida de una infección previa con la inmunidad inducida por la vacuna. Mientras que el estudio de los CDC encuestó a unos 7.000 pacientes de hospitales, el estudio israelí encuestó a más de 30.000 miembros del sistema nacional de salud.
“Es un poco confuso, porque hay muchas variables”, dice Zur Wiesch a DW. Esto se debe a que nuestra respuesta inmunitaria es compleja y está influenciada por muchos factores: el momento del contagio, la variante, el tipo de vacuna que recibimos, si recibimos refuerzos y la fortaleza general de nuestro sistema inmunitario.
La edad es probablemente importante
La investigación muestra que es probable que la edad también desempeñe un papel en si nos volveremos a infectar después de haber tenido el virus.
Un estudio que involucró a veteranos de guerra de Estados Unidos y que está aún en proceso de revisión por pares, muestra que entre las personas mayores las vacunas de ARNm ofrecieron una protección más fuerte contra la infección, la hospitalización y la muerte que los contagios anteriores de covid-19.
Pero para los participantes menores de 65 años, la protección que ofrecían las vacunas era más o menos la misma que la de una infección previa, según el estudio. Asimismo, los autores revelaron que habían recibido apoyo financiero previo de Pfizer.
El estudio, publicado en septiembre, respalda los hallazgos de otra investigación en Dinamarca a nivel de población y publicada en marzo, que se basó en datos recopilados durante la segunda ola de la pandemia a finales de 2020, antes de que las vacunas estuvieran ampliamente disponibles. Entre las personas más jóvenes que dieron positivo durante la primera ola, la protección contra un nuevo contagio fue de alrededor 80 %. Sin embargo, entre las personas de 65 años o más, la inmunidad adquirida a través de una infección anterior fue solo alrededor de 47 %.
¿Y cómo influye ómicron en la inmunidad?
La ola de ómicron es tan nueva que aún no hay datos concluyentes disponibles sobre la calidad de la inmunidad proporcionada a través de la infección, pero es probable que sea similar a otras variantes, asegura Zur Wiesch. Eso significa que si alguien se ha contagiado con ómicron en las últimas semanas, probablemente esté a salvo de una reinfección durante los próximos meses.
Pero debido a que ómicron tiene una tasa de transmisibilidad más alta que las cepas anteriores, se necesitan niveles más altos de anticuerpos para prevenir la infección. La inmunidad obtenida a través de solo dos vacunas o el contagio con variantes anteriores de covid-19 (como la delta o la alfa) no necesariamente prevendrá la infección por ómicron, sostiene Zur Wiesch. Además, independientemente de si una persona se contagió previamente o se vacunó dos veces, un refuerzo es la mejor defensa contra la reinfección.
Una vacuna de refuerzo es la mejor defensa contra las infecciones de covid-10, según expertos
La eficacia de la protección contra ómicron proporcionada por la “inmunidad natural” de otras variantes de coronavirus puede ser tan baja como 19 %, según un estudio realizado por el equipo de respuesta de covid-19 del Imperial College London a finales de diciembre de 2021.
Así, los primeros hallazgos generalmente indican que siempre que tenga algún tipo de inmunidad, ya sea a través de dos dosis de una vacuna o una infección anterior más una dosis única, es probable que un contagio por ómicron sea leve.
¿Existe la “súper inmunidad”?
El cuerpo parece responder mejor a un cóctel de inmunidad mixta, según Zur Wiesch, que cita un estudio que su equipo realizó entre trabajadores alemanes de salud en 2021. Pacientes que recibieron diferentes tipos de vacunas, la de AstraZeneca, por ejemplo, y luego una dosis de Moderna y un refuerzo, parecían tener una de las mejores protecciones.
Otros estudios han indicado que las personas con una combinación de inmunidad adquirida a través de una infección pasada más dos inyecciones parecen obtener los mejores resultados. Los inmunólogos han denominado este fenómeno inmunidad “híbrida” o “super” inmunidad.
Además, mientras que algunas investigaciones muestran que la gravedad del contagio podría aumentar los anticuerpos, otros estudios han encontrado que no hay diferencia.
Pero estos hallazgos no toman a ómicron en cuenta, por lo que aún no sabemos si son traducibles a la ola actual, señala Zur Wiesch, a la vez que agrega que por ahora solo tendremos que esperar por la ciencia.
A pesar de las incógnitas, una cosa está clara para Zur Wiesch: a menos que una persona haya sido infectado con ómicron en la última semana o dos, una vacuna o refuerzo es su mejor oportunidad para evitar un contagio por covid-19 y transmitírselo a otros.